Hemos visto cómo algunos pregoneros “oficiales” del carnaval en dos o tres ciudades han ofendido gravemente loas creencias de los católicos, amparados en la cristianofobia imperante.
Nuestro concejal, Salva Sarabia, ha sido contundente en la respuesta:
"Estamos en un pais en el que un alcalde de una ciudad española puede reirse y mofarse de la Virgen María y considerar que no es para tanto (lo enmarca en la libertad de pensamiento y opinión) y en cambio una persona más o menos relevante no puede hacer un comentario, seguramente en ocasiones desafortunado, en un medio público o privado (wasap) sobre, por ejemplo, ideología de género dado que le cae la del pulpo y si es funcionario le pueden expedientar o despedir. Muy democrático todo, eso sí”.
73EC26CA-D208-4B27-A6C4-2804109A3566.jpeg